La artista Aida Miró nació y se crió en Ibiza, donde comenzó a pintar graffitis en los años 90 y donde se formó en la Escuela de Artes y Oficios, antes de estudiar en la facultad de Bellas Artes de Valencia. “He vivido en un montón de lugares y siempre he estado estudiando a la vez que pintando”, explica la artista, que también residió y estudió en Barcelona y Madrid, Inglaterra y México.
“A mí me gusta mucho viajar, pero más que para conocer los lugares, para conocer a la gente. Son las historias de las personas, las experiencias humanas, las que me inspiran”, añade Miró quien con su arte busca, sobre todo, “reivindicar la importancia de la mujer en la sociedad”.
Cuando estaba en India, lugar en el que se asentó durante un año, tomó la decisión de cumplir su sueño de adolescente: “Vivir en Nueva York y pintar trenes en el Bronx”. Cumplió su sueño y lleva afincada ocho años aquí. “Me planté sin conocer a nadie. Vine tres meses con visado de turista y busqué la manera de estar, primero como estudiante, y luego a través de una galería con un visado de artista”, señala.
En 2019, junto a los creadores ibicencos Jerom y Twoflü, pintó un mural con la imagen de tres mujeres para rendir tributo a la gente del barrio. Pero le pareció poco para la “gran diversidad” de esta zona y propuso pintar más murales de mujeres. Para ello recibió una beca del Ayuntamiento del Bronx, pero el proyecto se truncó por la pandemia. Como solución, lo reconvirtió en 12 retratos al óleo acompañados de entrevistas en vídeo.
La artista ibicenca, Aida Miró, está especializada en murales inspirados en las historias y experiencias de la gente. Con su arte busca, sobre todo, reivindicar la importancia del papel de la mujer en la sociedad.
Por fin, este mes de marzo pudo exponerlos en el barrio neoyorquino donde también trabaja dando clase de pintura a gente mayor. “Me lo paso tan bien con ellos”, señala.
Miró destaca por sus murales y el arte urbano, haciendo honor a sus inicios en el graffiti, donde comenzó por “diversión y por la adrenalina que te genera. El arte urbano le llega a más gente y de manera inesperada. Está en la calle, es para todos y te permite intervenir y transformar los espacios”, destaca. Así lo hace también en Ibiza, donde se pueden ver, entre otros, los murales de payesas con los que rinde homenaje a la mujer tradicional ibicenca.
