Aunque nació en Beirut ha vivido por todo el mundo: Saudi Arabia, Sidney, Nueva York, París y Bruselas. Pero cuando llegó a la isla decidió quedarse. Aline Laforcade, la reina de los tapices de Ibiza.
Si tuviéramos que elegir una sola palabra para describir tus impresionantes tapices étnicos, sería natural. Cuéntanos sobre tus comienzos en Ibiza…
Nací en Beirut, pero me crie entre Arabia Saudita, Sidney y Nueva York. Después de estudiar en París y vivir en Bruselas, pasé mucho tiempo en Nueva York. Es una ciudad donde puedes ser libre, quien realmente eres, y eso pueden ser muchas cosas a la vez. Encontré esa misma libertad y diversidad en Ibiza cuando me mudé aquí hace tres años. Dijo Fellini: “Hay que vivir de forma esférica, en muchas direcciones”.
¿De dónde surgió la idea original que inspira su arte?
Cuando llegué, no tenía ningún plan profesional en mente; era la primera vez en mucho tiempo que tomaba un respiro. Vi algunos tapices en algunas revistas de decoración y me enamoré inmediatamente de ellos. Soy una persona a la que le gusta mucho hacer manualidades. Por eso, busqué tutoriales en Internet, construí mi primer telar con una tabla de madera y unos clavos e hice mi primer tapiz. Luego la creatividad surgió, literalmente, sola. Hacía tapices cada vez más grandes, construí nuevos telares y encontré mi propio estilo. ¡El último telar que he construido mide dos metros de largo por dos de ancho! Digamos que todo sucedió de forma natural. Supongo que encontré una cierta paz y libertad, que es lo que permitió que fluyera mi creatividad.
¿De qué modo inspira Ibiza sus creaciones?
¡Con su naturaleza! Al ser una chica de ciudad, siempre he querido llevar la naturaleza a mi hogar. Ahora puedo hacerlo con plumas, semillas, rafia, posidonias, madera flotante y todo lo que pueda encontrar. Fue maravilloso descubrir la manera de poder combinar estas cosas. Mi otra inspiración se encuentra en los elementos arquitectónicos de los payeses locales. Las pinturas o las fotografías no siempre combinan bien con esas paredes de piedra, con una textura irregular de duros ángulos. Por eso, muchas casas están decoradas con sombreros de paja, espejos de bambú… Esas paredes invitan a decorarlas con texturas y elementos naturales, y de eso se trata mi trabajo.
¿Cuál es el mayor reconocimiento que ha recibido?
Me encanta cuando alguien dice que nunca ha visto algo así. Significa que tienen un gusto propio y que se atreven a decorar con algo que se sale de lo convencional. Aún así, estaría bien ver más arte textil. Pero el mayor reconocimiento para mí es, por supuesto, cuando alguien se lleva alguna de mis creaciones a casa. Me puse eufórica cuando la diseñadora Isabel Marant compró uno para su casa aquí en la isla. Todo ha sucedido de forma tan natural que creo que he encontrado una cierta paz y libertad, lo que permite que fluya mi creatividad.
* Este artículo se publicó originalmente en la revista nº2 Nativ Ibiza, en agosto de 2019.