“Oyes hablar de gente que cambia completamente de vida, pero nunca piensas que te vaya a pasar a ti”, cuenta sonriente Barbara Schneider mientras charlamos a la sombra en Jardi d’Or, al norte de la isla. Nacida en la ciudad alemana de Augsburgo, Barbara lleva viviendo en Ibiza veinte años, la mayor parte de los cuales ha sido copropietaria de una exitosa empresa de construcción. Pero hoy las cosas son un poco diferentes. Atrás quedaron los días de lidiar con contratistas y departamentos de urbanismo.
En su lugar, dedica sus días a trabajar en técnicas de mejora del movimiento muscular, terapia de tejidos blandos y reducción de la rigidez de las articulaciones… de los perros. “Tuve la suerte de disfrutar de la compañía de perros en mi vida desde una edad temprana y, como todos los dueños de perros saben, la mayoría alcanzan una edad madura.
Pero a veces, por desgracia, perdemos a nuestras queridas mascotas antes de tiempo, debido a enfermedades o a accidentes. Así que cuando Coco, mi última perra, llegó a una edad madura, decidí que quería hacer todo lo que estuviera en mi mano para ayudarla a vivir el resto de sus años de la forma más saludable posible. Y así fue como me formé como fisioterapeuta canina”, nos cuenta.
Gracias a los progresos en cirugía veterinaria, los perros pueden someterse hoy a operaciones mucho más complicadas que en el pasado. A esto se suman importantes avances nutricionales y médicos que han dado lugar a un aumento espectacular de la esperanza de vida canina. Esto ha suscitado un mayor interés por los tratamientos de fisioterapia, ya que los propietarios de perros esperan mantener la calidad de vida de sus mascotas el mayor tiempo posible.
Los tratamientos actuales incluyen la terapia de campos electromagnéticos pulsados, la hidroterapia, los ultrasonidos, la estimulación eléctrica transcutánea, la estimulación neuromuscular con láser, la gimnasia, varios tipos de masajes e incluso la acupuntura. “La fisioterapia canina puede aliviar el dolor y prevenir dolores futuros de muchas maneras. Al igual que ocurre con los humanos, a medida que los perros envejecen son más propensos a sufrir artrosis, displasia de cadera y codo, lesiones de ligamentos y lesiones de columna.
La única diferencia con los humanos es que los perros no pueden decirnos dónde les duele. ¡Aunque lo intentan a su manera!”, dice Barbara. Por supuesto, las lesiones de un perro no se limitan a los dolores físicos. La salud mental también desempeña un papel muy importante en la vida de un cánido en el planeta Tierra. “Las cosas han mejorado mucho desde que llegué aquí, pero todavía se ven muchos casos de maltrato canino.
Las leyes han cambiado a mejor y todos estamos más atentos, pero aún podemos mejorar. Y por eso trabajo estrechamente con los veterinarios y la excelente psicóloga canina Steffi Werner aquí en Ibiza. Al mejor amigo del hombre le debemos el mantenerlo feliz. Hay una famosa frase motivacional que dice: ‘Encuentra un trabajo que te guste y no trabajarás ni un solo día de tu vida’. Pienso en estas palabras todos los días, porque a mí me ha pasado”.