1. Las hadas y sus manualidades
Nativ es un gran defensor de las velas, inciensos y demás ofrendas de humo en casi todas sus formas. Si un producto se extrae de forma sostenible, se obtiene de manera ética y se hace a mano en Ibiza, y el bendito humo que libera nos limpia, recarga y hace cosas que van más allá de nuestro conocimiento, así que nos apuntamos. Esto es genial.
2. Virginia Vald
La primera colección de Vald nació en 2013 a partir de una serie de bocetos que la diseñadora hizo durante un viaje al Mediterráneo que cambió el curso de su vida. Ahora es una de las protagonistas de Adlib Moda y su estilo hippy chic con un toque ultramoderno encaja a la perfección en cualquier colección.
3. Jesús de Miguel
Nos encanta la obra de Jesús De Miguel. Un artista del que se puede decir que ha creado un sorprendente mundo alternativo de formas y colores vibrantes, e incluso sonidos. Su obra, todo un tour de force, incluye pintura, escultura, música, animación 3D, vídeo y una buena dosis de actitud punk.
4. La Torre Ibiza
Mark Barrott y Pete Gooding coordinan la cuarta entrega de la serie Hostal La Torre Recordings: una selección sonora de lo más interesante que incluye, entre otros, a Rare Silk, Special Request y Lola Perrin. Una mezcla ecléctica y relajada, perfecta para disfrutar de un cielo rosado.
5. Ojo con el vino de Ibiza
De lejos el mejor vino producido en Ibiza que hemos probado: no es por tirarse el pisto con el tema enológico, pero se aprecian aromas de saúco negro, fresco y jugoso en el paladar y es simplemente delicioso. Las viñas ecológicas se vendimian a mano cada año en un suelo calcáreo situado a gran altura sobre el mar, y Ojo fomenta mucho la biodiversidad. De la armonía natural surgen cosas buenas.
6. Umiko Kombucha
Nos gusta mucho la Kombucha, pero esta en particular nos gusta de manera especial. Este brebaje absolutamente delicioso y de elaboración lenta debería estar en todos los hogares. Los vinos selectos se consideran, con razón, el epítome de la interpretación de mezclas y sabores complejos, y Umiko es, sencillamente, el “vino selecto” de la kombucha.