Carta de Adolf Hitler
Un 29 de mayo de 1937, dos años antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, un bombardero soviético atacó por error un buque de guerra alemán que estaba fondeado en aguas de Ibiza. Los isleños se apresuraron a ayudar a los supervivientes e incluso emitieron una serie de sellos negros de la diosa Tánit con el fin recaudar fondos para los heridos. De ahí que una mañana, Antonio Torres, alcalde de Ibiza, recibiera una carta del propio Führer dándole las gracias a él y a sus compatriotas y solicitando una visita guiada por Ibiza.
Callejón del Diablo
Sobre la calle de la Soledad corre una tétrica leyenda: la de una bruja que vivía allí y que vendía almas al diablo. Dicen que una mujer fue a suplicar a la bruja que le ayudara a recuperar a un hombre que la acababa de abandonar. La prueba de valentía era entrar en el oscuro callejón por la noche. La mujer lo hizo, y al sonar las campanadas de medianoche de la catedral, una voz del más allá le heló la sangre. Y el hombre, como dijo la bruja, volvió.
Porno danés
Nunca sabremos qué le pasó al escritor danés Carl Erik Soya durante sus vacaciones en Ibiza en 1959, pero los placeres carnales que probó le animaron a escribir un libro sobre su viaje. Aquel libro dio lugar a una película, Sytten, el primer filme danés que abordaba los temas de la sexualidad y el nudismo. La película contribuyó al desarrollo de una ley de 1967 que legalizó la pornografía en Dinamarca, y se abrió la veda. Pechos y penes por todas partes.
Brasil trae el fútbol a Ibiza
En 1920, uno de los primeros partidos de fútbol en Ibiza se jugó en Platja d’en Bossa, cuando los marineros de la goleta brasileña Meriam se enfrentaron a un grupo de chicos de la isla. Recordemos
que a los brasileños, en casa, les enseñan a jugar a fútbol en la playa, así que su victoria por 6-2 tampoco es que fuera una sorpresa.
La ciudad de los muertos
Mucha gente cree que Ibiza es una tierra mágica protegida por los cartagineses, muy dados a pasar los últimos años de su vida en la isla, en la que consideraban un honor morir. Eso explica la desproporción entre la gran cantidad de criptas de la época y la cantidad de gente asentada en la isla.
El cementerio de mascotas de Ibiza
Entre la densa vegetación de al lado de Sa Caleta hay un mágico cementerio de animales, cuya existencia conocen muy pocos. A lo largo de cien metros de costa, bajo un laberinto de pinos, se agrupan losas bajo las que descansan mascotas enterradas por sus dueños, rodeadas de mensajes, fotos y, cómo no, juguetes. Al lado de una de las tumbas hay incluso, curiosamente, una lata de pintura blanca.
Ibiza entra en un nuevo siglo
Tenía que pasar: a las mulas, las escaleras y el correo postal le acabó saliendo competencia. El primer coche llegó en 1914 en una visita especial del gobierno por los pueblos, el primer ascensor llegó en 1959 al Hotel Noray junto al puerto, y dos años después se instaló el primer teléfono en el Ayuntamiento de Formentera.