Las historias nos moldean. Desde la más tierna infancia damos sentido a lo que somos y al mundo que nos rodea a través de los relatos que nos transmiten nuestra familia y la sociedad. De igual manera, nuestros relatos internos, las historias que nos contamos a nosotros mismos sobre nuestras experiencias, se convierten en la lente a través de la cual interpretamos el mundo.
Pero los relatos también definen las culturas. Ya sea a través de la historia, los cuentos populares, la literatura, los mitos o los modernos medios de comunicación, los relatos transmiten valores, crean referencias compartidas y forjan perspectivas colectivas. Contar historias es un arte tan antiguo como universal que, desde sus inicios como tradición oral, ha adoptado múltiples formas a través de las distintas culturas y épocas.
Modelo: Michaela Meadow
En la era actual, la narración de historias ha experimentado un cambio radical. La tecnología digital y las redes sociales han transformado para siempre la forma en que creamos, compartimos y recibimos historias. El arte de narrar se ha democratizado: ahora cualquiera con acceso a internet puede convertirse en narrador y compartir su relato con el público a nivel mundial.
Sin embargo, la tecnología también ha transformado la manera en que experimentamos los relatos. Ahora el público puede interactuar a través de comentarios, likes, compartiendo e incluso mediante formatos de realidad virtual inmersiva.
La narración de historias en la era digital ofrece posibilidades apasionantes y retos complejos. Las plataformas de redes sociales están diseñadas para que pasemos de un contenido a otro sin parar, inundándonos con un flujo constante de hiperestímulos que reducen nuestra capacidad de atención y proporcionan adictivas descargas de dopamina. Es fácil sentirse abrumado por el volumen y la velocidad con que se suceden los contenidos, lo que hace más difícil ceñirse a algo que requiere una atención prolongada.
Imágenes de los distintos proyectos de storytelling de Petalita.
Al mismo tiempo, existe un creciente deseo de algo más profundo. Cada vez somos más conscientes del impacto que tiene en nosotros el estímulo continuo y los contenidos sin fin. Es por ello que muchas personas buscan algo más pausado y valioso.
La tecnología digital es una poderosa herramienta creativa. Cuando se utiliza de forma consciente, puede ser una fuerza constructiva con un inmenso potencial para crear experiencias sensoriales que generan emociones profundas. La narración multimedia, que despliega un único relato a través de diversos formatos (audio, cine, texto e imágenes), es un medio para crear historias ricas y estratificadas, que despiertan los sentidos, invitan al diálogo y generan conexión.
La agencia de narración multimedia Petalita, con sede en Ibiza y cofundada por el artista, investigador y consultor creativo Sohar Villegas y por mí, Nicola Corfield, se basa en este enfoque. Tomando como referencia el arte contemporáneo, los proyectos interdisciplinares de Petalita permiten al público explorar una historia a través de múltiples medios.
Un proyecto reciente, Behind the Veil (Detrás del velo), creado en colaboración con la peluquera y maquilladora ibicenca Louise Maxwell, revela historias nunca vistas sobre belleza, bienestar, moda y cultura. Los episodios mensuales, todos producidos en la isla, exploran diferentes temas a través de un podcast, una película artística, ensayos y fotografía. Otros proyectos de Petalita unen la narración cinematográfica y sonora con las publicaciones impresas, fusionando los reinos digital y físico. Esta unión de formatos diversos crea historias inmersivas multidimensionales que generan variadas experiencias sensoriales y emocionales.
Fotograma de uno de los proyectos audiovisuales de Petalita.
Hay infinitas maneras de contar una historia. Una película explora los diversos estratos poéticos de las imágenes, el movimiento y el paso del tiempo. Los podcasts invitan a una intimidad introspectiva. Las palabras escritas iluminan las ideas. Los libros y revistas impresos ofrecen una intensa experiencia táctil. En la narración multimedia, cada uno de estos formatos participa en un diálogo en el que se crean conexiones inesperadas, significados complejos y perspectivas variadas, lo que da forma a historias que son más que la suma de sus partes. Es una manera de invitar al público a profundizar, a tomarse su tiempo para asimilar los múltiples formatos que componen la historia y establecer sus propias conexiones entre ellos.
Necesitamos historias. Es una necesidad profunda, primordial y vital para nuestras emociones. Sobre todo, necesitamos historias que nos conmuevan, que nos inviten a crecer y a abrir nuevas perspectivas. Aprovechar el potencial creativo de la tecnología, así como reimaginar nuestra relación con la narrativa, es una forma de preservar el arte esencial de contar historias, que abre nuevos y apasionantes horizontes.
