Elizabeth Langford
“Los pigmentos son tan sensuales, tan vivos”, asegura Elizabeth Langford. Pintora y alquimista moderna, Langford transforma las materias primas de su entorno en hermosos pigmentos naturales. La tierra, la sal marina, la posidonia, las plantas e incluso los árboles prestan sus ricos matices a sus expresivas pinturas. Inspirada en la etnobotánica –la relación entre las personas y las plantas–, su trabajo está ligado a lugares específicos y ofrece una nueva forma de relacionarse con el mundo natural.
Para Langford, la elaboración de los pigmentos forma parte del proceso creativo y de la obra final. Recoge sus materiales con cuidado, tomando sólo pequeñas cantidades de forma sostenible. Su trabajo se basa en técnicas que se remontan a la pintura rupestre y al Renacimiento, utilizando procesos como el secado, la molienda y la inmersión en agua con ácidos naturales. “Toda la materia orgánica lleva un rastro de su historia”, continúa. “Eso es lo que resulta tan emocionante en la fabricación de pigmentos, porque se pone en pausa ese momento”. Los pigmentos no son uniformes, cada uno está vivo y es imprevisible. Mi obra celebra eso”.

Langford perfeccionó su arte en su Inglaterra natal y se trasladó a Ibiza en 2016. Sus obras han sido expuestas en todo el mundo; en Ibiza está actualmente de artista residente en Vessel Studio y sus piezas se exponen permanentemente en el Hotel Nobu y en colecciones privadas.
Su arte evoluciona constantemente en respuesta al paisaje. Recientemente, se encontró con madera de almendros talados y la usó para crear carboncillo de dibujo y un fuerte pigmento oscuro. “Me inspira el proceso de ponerme en diálogo con los materiales y la transformación que se produce”, asegura. “La antigua alquimia era realmente una búsqueda interior: transmutar las sombras en oro”.
Li Ramet
Inspirada en paisajes interiores y exteriores, la obra de la artista argentina Li Ramet tiene una cualidad luminosa.

Utilizando múltiples medios, sus creaciones exploran la interacción alquímica de la luz, el color y el movimiento. La naturaleza es el eje central de su arte. “Necesito estar cerca de ella para crear”, explica. “Mi arte es un proceso de transformación, una forma de explorar mi interior y mi territorio exterior”. Sus obras resuenan con elementos orgánicos, formas y texturas.
También elabora pinturas especiales con pigmentos naturales, hechos con espirulina, plantas, hierbas y especias de Ibiza, cosechadas de forma sostenible e infusionadas en agua. Estas obras de arte a gran escala se crean en actuaciones en directo en un entorno natural. Basándose en su formación en danza contemporánea, Ramet utiliza todo su cuerpo para crear espontáneamente sus composiciones. “Investigo cómo hacer los colores más brillantes posibles. Pero también me gusta que las piezas se desvanezcan con el tiempo: es parte del proceso, la obra es orgánica y sigue evolucionando”.

Las piezas terminadas suelen dar lugar a una nueva serie de trabajos. Y las imágenes y vídeos que documentan las actuaciones de Ramet también se integran, a veces proyectadas sobre otros cuadros, añadiendo capas de textura y simbolismo. Ramet también crea esculturas, utilizando piezas de madera de árboles como la sabina, que encuentra en sus paseos por lugares remotos de la isla. Las monta en bases y les incrusta piedras, cristales, vidrio o resina.

Su obra se ha expuesto a nivel internacional y en numerosos lugares de Ibiza, como el Hotel Six Senses, la Sala Refectori de Dalt Vila y la Galería ADDA. “Ibiza es una inspiración increíble para mí”, asegura. “Cada temporada tiene un material diferente con para trabajar, puede influir en nosotros de diferentes maneras, y supone una nueva conexión con uno mismo y la naturaleza”.