La idea nació bajo una higuera en Ibiza, algo que seguramente dejó huella en la personalidad de la marca de moda artesanal de Alba Esteva.
“Después de vivir durante 10 años entre Barcelona e Ibiza, decidí dejar la gran ciudad e instalarme en la isla en medio del campo y cerca del mar. El traslado cumplió mi deseo de vivir según los ritmos de la naturaleza, como mi cuerpo y mi alma llevaban tiempo anhelando”.
Utilizando materias primas con certificación ecológica o recicladas, embalajes y etiquetados sin plástico, y pequeñas cantidades de producción para minimizar los excedentes, las prendas de Figtree son atemporales y están hechas para durar.
“Creo y diseño las colecciones de Figtree en mi casa, Casa Calma, siguiendo criterios de sostenibilidad, sentido común y transparencia, conceptos en los que creo firmemente. Mi dirección creativa obedece al estilo de vida que he elegido, en armonía con el medio ambiente, en el que pongo mi granito de arena para proteger nuestro planeta. Creo firmemente que un mundo mejor es posible y está en nuestras manos marcar la diferencia, porque cada acción, cada decisión y cada pensamiento importan”.