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Ibiza, la isla creativa: ¿qué atrae a los artistas hasta aquí?

Ibiza lleva décadas atrayendo a artistas, músicos, diseñadores y creativos de todo tipo que se suman a su enorme reserva de talento local. ¿qué hace que la isla sea un lugar tan fértil y un imán para quienes buscan la libertad de expresión?
Ben Raworth
13/08/2022

Al hojear este número de NATIV verás que está repleto de creatividad. Creatividad en las artes y la cultura. Creatividad en la alimentación y el fitness. Creatividad en el diseño y la ecología. Creatividad con el cuerpo, el alma, la mente y el espíritu. Creatividad en la moda, la música, la tecnología. Ibiza es, y ha sido durante décadas una incubadora de ideas. ¿Por qué esta pequeña isla produce una explosión creativa tan grande? ¿Por qué gente de todo el mundo viene aquí, donde encuentra una comunidad local floreciente que les acepta y estimula? 

Al final de la Segunda Guerra Mundial Europa se encontraba en un momento de cambio. Muchos países se estaban reconstruyendo y otros tantos tenían una mentalidad conservadora y cerrada de posguerra. A principios de la década de 1950, Ibiza se convirtió en un vibrante refugio para muchos escritores, poetas y artistas de todo el mundo, incluso de la España peninsular. En la isla encontraron una comunidad artística local diversa y pujante que aceptó esta nueva inyección, estimulando un floreciente ambiente creativo.

Fotograma de “More”, que el cineasta francés Barbet Schroeder rodó en Ibiza.

Muchos años antes de que estallara el turismo, esta comunidad de artistas, fotógrafos, escritores, arquitectos, cineastas y artesanos había desarrollado una red de ideas compartidas, influencias eclécticas y el tipo de competencia contemporánea estimulante que produce obras originales. Pero, ¿por qué Ibiza? ¿Cómo se convirtió esta pequeña isla de apenas 572 km2 en un febril crisol de ideas?

El filósofo Yves Michaud, en su libro “Ibiza Mon Amour”, señala: “El mito de Ibiza se remonta a los años 30, cuando artistas de Berlín vinieron a quedarse en la isla, en particular el escritor alemán Walter Benjamin y el artista berlinés Raoul Hausmann. Descubrieron la belleza frugal de la isla. El lugar era muy pobre entonces, y los artistas podían vivir allí por casi nada. También era de difícil acceso, lo que la convertía en una buena protección cuando se escapaba del nazismo, como era el caso de Hausmann”. Este aislamiento fue severo: durante los años 40 ni siquiera había conexión con Barcelona. En los 50 todo esto empezó a cambiar. 

La cantante y actriz Nina Hagen actúa en su «boda», en agosto de 1987.

A principios del siglo XX Ibiza era rural, subdesarrollada y parecía desconectada del mundo moderno. Estas mismas cosas la hicieron atractiva como refugio para los intelectuales y artistas europeos tan pronto como las comunicaciones con el mundo exterior comenzaron a abrirse después de 1945. Tras años de guerra y aislamiento, muchos artistas locales y españoles regresaron. Los artistas internacionales vieron en Ibiza un lugar económico, con un paisaje inspirador y un clima benévolo que también la hacía atractiva. En pocas palabras, incluso unas cortas vacaciones podían inspirar a los artistas a quedarse, a menudo comprando o alquilando lo que entonces eran fincas, cortijos y casas muy baratas, repartidas por toda la isla pero lo suficientemente cerca como para que la gente pudiera permanecer en contacto e intercambiar ideas. 

En 1951 fue el primer año en que se contaron los visitantes: 14.000. La cifra aumentó rápidamente a lo largo de esa década y la siguiente. Artistas, escritores, hipsters, bohemios y bon vivants comenzaron a llegar a la isla atraídos por las hermosas playas, el clima templado, la cultura local y un ambiente tolerante de ‘vive y deja vivir’, donde todos podían reinventarse. Una libertad muy atractiva para cualquier mente creativa.

Uno de los carteles del colectivo vanguardista Grupo Ibiza 59.

En 1959 se formó el colectivo vanguardista Grupo Ibiza 59. Los integrantes eran Erwin Bechtold, Hans Laabs, Egon Neubauer, Katja Meirowsky y Heinz Trökes, de Alemania; Robert W. Munford y Erwin Broner, de Estados Unidos; el sueco Bertil Sjoeberg y el español Antonio Ruiz. El grupo produjo obras muy diferentes, pero la clave fue que tuvieron espacio para florecer en cualquier campo elegido.  Broner, por ejemplo, era arquitecto. Desarrolló proyectos por toda la isla combinando la arquitectura tradicional ibicenca con elementos modernos. En 1962 se formó el Grupo Puget con Antoni Marí Ribas “Portmany”, Vicent Calbet, Ferrer Guasch y Toni Pomar. Don Kunkel llegó por primera vez a Ibiza en 1958. Este artista formado en pintura y dibujo tuvo un papel importante en la activación de Ibiza como centro artístico en los años 60 y 70, junto con el estadounidense Carl van der Voort, y su galería de arte contemporáneo.

A mediados de los 60, los beatniks y los hippies vivieron una explosión de creatividad experimental: arte rústico y pop, vernáculo y abstracto, jazz y flamenco, rock y música acústica, campesinos y pescadores mezclados con artistas e intelectuales. En 1964 se celebró la primera bienal de arte de Ibiza –el mismo año que los Rolling Stones se alojaron en San Antonio–, y solo cinco años más tarde, se creó en la ciudad de Ibiza el primer museo de arte contemporáneo de España.

El diseñador de zapatos, Patrick Cox. 

En 1968, el cineasta Barbet Schroder rodó la película “More”, con música de Pink Floyd. Joni Mitchell compuso gran parte de la música de “Blue” durante su estancia en la isla. En los últimos treinta años, diversos artistas de todos los ámbitos han hecho de Ibiza su base: Damien Hirst, Mario Testino, Patrick Cox… La escena de baile que explotó en los 80 lo hizo en un ambiente de experimentación, exploración y aceptación. 

Es difícil imaginar otro pequeño espacio en la tierra donde cohabiten un desarrollador de braille de colores, un panadero reconocido internacionalmente, un joyero de clase mundial, un creador de cerámica impresionante, un grupo de chefs con estrellas Michelin, por citar solo algunos ejemplos.

Bob Marley llega a la isla de Ibiza. 

Esta diversidad, la libertad de expresión, la buena comunicación y el espacio para la experimentación convierten Ibiza en un crisol creativo. Pero la isla está cambiando. Las preocupaciones ecológicas producen nuevas ideas y se crean nuevas conexiones entre productores locales y cocineros. Los propios cambios medioambientales estimulan la arquitectura y el diseño, y los artistas utilizan nuevos materiales con nuevos mensajes para una nueva era. Existe un movimiento que tiende a la simplicidad. Es vital que se aprecien y protejan las raíces, la libertad y la apertura de miras y la sencilla inspiración creativa que ofrece la isla. 

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