Nací en 1953 en East Yorkshire, en el norte de Inglaterra, y me crié en la ciudad de Hull. Desde niño siempre me interesó la naturaleza y aprovechaba cualquier oportunidad para pasarme horas paseando por el campo. Me formé como operador de radio de la Marina mercante británica y realicé 17 viajes alrededor del mundo antes de llegar a la maravillosa isla mediterránea de Ibiza, en mayo de 1985. Como muchos de los que ya vivían aquí, enseguida me enamoré del entorno y, en 1987, decidí convertir Ibiza en mi hogar, así que vendí mi casa en Yorkshire del Norte y empecé una nueva vida en este paraíso cosmopolita.
Sin embargo, al haber visitado tantos lugares hermosos en el mundo que habían sido destruidos de forma imprudente por la actividad económica humana, me di cuenta de que Ibiza también estaba siendo atacada de forma sistemática por el turismo de masas, que estaba causando los habituales efectos secundarios: la pérdida de las tradiciones y la agricultura locales, además de la rápida aceleración de la degradación medioambiental y de la mala gestión de los recursos naturales en general. Entonces, ¿qué podía hacer un hombre de Yorkshire para detener aquel declive, antes de que el paraíso verde que había llegado a disfrutar y que tanto amaba, se convirtiera en otra joya perdida de un mundo al que parecía no importarle su conservación y poder dejársela en herencia a nuestros hijos?
En 1988, después de montar un negocio de instalación de sistemas de televisión por satélite desde una pequeña tienda de San Antonio, empecé a pensar qué podía hacer para evitar que esta pequeña joya se siguiera destruyendo. Por eso fundé la filial local de Amics de la Terra, en 1989, junto con unos amigos que compartían ideas parecidas.
Nuestro primer proyecto en esta historia fue limpiar 32 playas en Ibiza y Formentera, y lograr que se unieran al movimiento tantos miembros como fuera posible. Aquellos años fueron emocionantes, ya que unos pocos lugareños y aún más extranjeros también se estaban preguntando qué podían hacer para mejorar las posibilidades de salvar nuestra única, y ahora ya famosa, isla de la destrucción más despiadada.
Debo admitir que yo también disfrutaba de las fiestas, celebrando la vida y bailando por la noche, y esto me hizo reflexionar aún más sobre cómo conservar nuestro patrimonio natural sin dejar de beneficiarnos de nuestra fama mundial de “Isla internacional de la fiesta”, que era en lo que Ibiza se había convertido desde que abrió sus puertas a la escena del ambiente nocturno y se convirtió en un destino turístico muy interesante a nivel económico. (Ibiza debe de ser el único sitio del mundo donde hay clubes en una zona protegida, ¡como es el Parque Natural Ses Salinas!).
“Hay que promocionar la energía solar y eólica si queremos ser un destino turístico sostenible”.
En 1991, cuando todavía era presidente de la filial local de Amics de la Terra, descubrí una granja muy pequeña abandonada en los cerros de San José y conseguí alquilársela a los propietarios a un precio muy razonable. Con el tiempo, este hogar y la granja contigua de cinco hectáreas y media, se han convertido en lo que hoy llamamos Casita Verde.
La Casita está ubicada en una de las zonas más fascinantes de Ibiza, con vistas al mar y rodeada de la maravillosa naturaleza. En 1993, después abandonar el cargo como presidente de Amics de la Terra, fundé el modelo de eco-centro Casita Verde y empecé a invitar a pequeños grupos de adolescentes a disfrutar de fines de semana ecológicos, al mismo tiempo que seguía ampliando mi negocio de televisión satélite.
Desde aquellos humildes comienzos hasta hoy, hemos sufrido muchos contratiempos, pero, a la larga, Casita Verde se ha convertido en un icono del movimiento ecologista local de la isla, y desde hace un par de años tiene una hermana pequeña en las montañas de Granada (visite www.casitaverde.com).
He sido afortunado desde el día en que nací. Soy un animal muy social, por lo que organizar reuniones, eventos y fiestas forma parte de mi naturaleza. También soy una persona muy pragmática y se me da bien realizar todo tipo de trabajos, como carpintería, construcción, fontanería, jardinería e instalaciones eléctricas. Esto me ayudó muchísimo aquellos primeros años para poder construir las primeras infraestructuras de mi pequeño paraíso verde en los cerros.
Además, empecé a pensar en emprender un proyecto mucho más ambicioso para la isla y, en 1999, ideé Ibiza Ecolandia, que sería un eco-centro comercial situado en un terreno bastante amplio y bien conectado con el transporte público de la isla. Dos años después, junto a mi esposa, de origen japonés, inventamos el famoso logo del Corazón verde y la pegatina para el coche. Con el tiempo, en los años sucesivos esta imagen se convirtió en el principal recurso publicitario de nuestro viaje ecologista tanto en Ibiza como en el resto del mundo.
En los más de treinta años que llevo viviendo en la isla, he participado en tres partidos políticos distintos, y al final llegué a la conclusión de que necesitamos contar con un sistema de liderazgo social más inclusivo. Así que creé otro plan estratégico que consistía en fundar 15 asociaciones legales, u ONGs, un movimiento al que he bautizado como Ibiza Fènix y que utiliza el hermoso árbol del algarrobo como símbolo de su potencial (www.ibiza-fenix.com).
A estas alturas, todos deberíamos habernos dado cuenta de que el actual sistema sociopolítico mundial ha fracasado a la hora de cumplir con las necesidades de una población en aumento, tal y como hemos experimentado recientemente con el nuevo movimiento Extinction Rebellion que empezó en Londres y se ha propagado a muchos países en muy poco tiempo. Este movimiento sostiene que si no cambiamos esta estructura arcaica para instaurar una más justa y responsable, estamos condenados a seguir un camino de dolor. Pero si nos movemos juntos y a toda velocidad, ¡todo eso se puede evitar!
Aquí en Ibiza, algunos de nuestros problemas más importantes están muy relacionados con la mala gestión de los recursos naturales, como el agua y la calidad de la tierra de cultivo. También tenemos demasiados coches (unos 150.000 registrados en una isla de solo 40 km por 15 km). Consumimos una gran cantidad de combustibles fósiles importados, en lugar de las miles de toneladas de energía renovable disponible en nuestras zonas boscosas y que están abandonadas.
“La verdad es que hay mucho trabajo por hacer y no tenemos mucho tiempo para crear el cambio”.
Tenemos que promocionar el uso de fuentes de energía como la solar y la eólica si queremos ser un destino turístico sostenible. Tenemos que cambiar nuestra forma de desplazarnos, utilizando vehículos eléctricos no contaminantes, ampliando el número de carriles bici y mejorando el servicio de transporte público. Aún siendo un destino turístico de primera clase, sufrimos un problema importante de gestión de residuos, sobre todo durante la época estival cuando nos vemos invadidos de muchos veraneantes descuidados que solo vienen de fiesta y no se preocupan de cuidar nuestro patrimonio natural. Cuando sufrimos lluvias torrenciales, las aguas residuales llegan al mar, pues el sistema existente se desborda y, pese a los esfuerzos de las autoridades locales, tampoco estamos reciclando bien nuestra basura. Además, la producción local de alimentos ecológicos debería convertirse en un objetivo importante para la población de la isla. Por último, estamos pasando por una crisis inmobiliaria con los precios inflados de la vivienda, y hay muchos indigentes en las calles.
Queda mucho trabajo por hacer, pero no tenemos mucho tiempo si nos fiamos de los informes recientes de la ONU. Sin embargo, gracias a todos los nuevos movimientos ecológicos que han surgido en nuestra pequeña isla en los últimos años, no es una locura aprovechar nuestra fama internacional de manera muy positiva. Debemos demostrar al mundo cómo salir de ese declive y empezar a prosperar en nuestro planeta. Tal vez este sea el momento adecuado de construir el proyecto Ecolandia, después de haber probado durante años el modelo Casita Verde, y seguro que Ibiza Fènix despegaría mucho más rápido si contáramos con ese espacio en la isla.
Por supuesto, la transición hacia un futuro mejor solo es posible si nos unimos todos en este empeño, así que aprovechad esta oportunidad para mejorar vuestro impacto en el medioambiente ¡antes de que sea demasiado tarde!
Guía para vivir de forma ecológica
01 Siguiendo estas sugerencias ahorrarás dinero, ayudarás a conservar los recursos naturales y reducirás la contaminación.
02 Elige productos cuyos procesos de fabricación y producción respetan el entorno (no testados en animales, evita la carne llena de hormonas o antibióticos y los productos fabricados en países en vías de desarrollo con mano de obra de niños explotados). Así reducirás el sufrimiento innecesario causado por la explotación de animales y de personas en la fabricación de los productos que compras.
03 Siempre que sea posible, elige productos empaquetados en envases retornables o al menos reciclables y con la mínima cantidad de material de embalaje. Así reducirás el consumo de recursos no renovables y evitarás introducir más residuos sólidos en nuestro medioambiente.
04 Evita comprar productos que contengan aditivos nocivos o que se hayan contaminado con químicos tóxicos durante su producción. Infórmate bien. ¡Esto podría salvaros la vida a ti y a tus hijos!
05 Reduce el consumo de energía instalando dispositivos de ahorro energético (bombillas y electrodomésticos de bajo consumo) siempre que sea posible y procura apagarlos cuando no los estés utilizando. Así ahorrarás dinero, contaminarás menos y ayudarás a conservar los recursos naturales.
06 Utiliza solo el agua que necesites: instala dispositivos de ahorro en grifos y duchas. Además, procura utilizar productos respetuosos con el medioambiente para lavar y así podrás reciclar el agua de forma más efectiva. De este modo ayudarás a conservar el recurso más preciado de la Tierra y a reducir la contaminación en tu entorno natural.
07 Planifica el uso de tus medios de transporte, reduce al mínimo tus viajes y elige modelos económicos que consuman memos combustible y produzcan menos contaminación. Así ahorrarás dinero, reducirás el tráfico y la contaminación del aire y ayudarás a conservar los recursos naturales. También colaborarás limitando el transporte marítimo de productos derivados del petróleo y el consiguiente riesgo de accidentes que pueden provocar catástrofes medioambientales.
08 Colabora con los programas de reciclaje, separando tu basura y depositando los materiales reciclables en el contenedor correspondiente. Así animarás a las autoridades locales a seguir mejorando sus planes de reciclaje y al menos tendrás la satisfacción de estar haciendo algo positivo por el medioambiente.
09 Cambia de banco y únete a la banca ética. Así te asegurarás de que tu dinero no se utiliza para destruir el planeta o para financiar acciones con las que no estás de acuerdo.
10 Asume tu responsabilidad de ayudar a conservar nuestro medioambiente actuando de una forma responsable y ecológica. Las acciones de cada individuo multiplicadas por el número de personas que realizan esa misma acción tienen un enorme efecto en nuestro futuro.
11 No te desanimes. Simplemente procura llevar una vida lo más ecológica posible.
12 Cuando descubras que el planeta Tierra y nuestro entorno natural forman parte tanto de tu futuro como de tu cuerpo, querrás hacer todo lo que esté en tu mano por asegurar su conservación.
[…] era la de una marca que representara y reflejara una forma de vida nueva, mejor, más sana y más sostenible en Ibiza. Una que estuviera conectada con el mundo a través de nuestro mantra ‘Vive Local, […]