Háblanos de vuestra comida japonesa con un toque sudamericano.
Existe una gran población japonesa en Perú y así nació la cocina nikkei, una fusión de las dos culturas, fórmulas y técnicas culinarias. En IZAKAYA, hemos hecho nuestra propia interpretación, ya que aquí nunca se ha copiado nada.
¿En qué os basasteis para conseguir este aspecto fresco y minimalista? ¿De dónde sacasteis las ideas?
Nos gusta adaptar cada restaurante a la ciudad en la que se encuentra, ya sea Múnich, Ámsterdam, Barcelona o Ibiza. Con Ibiza, esperamos haber conectado con la naturaleza, con la vida ibicenca y con el ambiente de la isla. Por eso pusimos una piscina en el centro del local y mucha vegetación, un verdadero ambiente tropical.
La pared pulida y batida es fantástica. Da la sensación de que el agua ondulante corre hacia arriba. ¿Fue esto fundamental en el diseño?
Es una combinación de muchas cosas. Se refleja como un espejo y así se vuelve cálido. Hemos tomado materiales fríos y los hemos suavizado con el agua: las gotas tienen un maravilloso efecto de cascada.
Os tomáis el vino muy en serio. ¿Es la vinoteca un proyecto en marcha que vais ampliando con vuestros viajes?
Somos un restaurante contemporáneo, no clásico. Entiendo que la gente tiene sus vinos favoritos y por eso encontrarán Chablis, Poully-Fumé, etc., pero a mí me encantan los vinos del nuevo mundo, además de una gran lista de Sake por nuestra herencia japonesa.
En un plano más personal, ¿puedes desvelar algunas de las mejores mesas del mundo en las que te has inspirado?
Me inspiran los viajes, la moda, la música, las películas, la decoración, el arte, los arquitectos… ¡la gente! Tomo elementos de todos los lugares a los que voy y les doy mi propia interpretación. Me emociona cuando la gente viene a cenar y me dice que nunca ha estado en un sitio así.
¿Por qué el concepto de platos compartidos?
El arte de compartir la comida tiene siglos de antigüedad. Si miras alrededor del mundo, en China, Indonesia, Malasia, Marruecos, Oriente Medio… todo el mundo ha puesto siempre sus platos de comida en el centro de la mesa y los ha compartido.
¿La ubicación es tan importante como la decoración del restaurante? Estáis en un sitio fantástico.
Hemos creado un entorno cerrado donde no se puede mirar hacia dentro ni hacia fuera. Como si fuera una joya secreta que no te esperabas. Y una vez que estás dentro, te conectas con el entorno. Te olvidas de dónde estás. Es como estar en el paraíso por un tiempo.
La piscina añade mucho a la experiencia para quien le apetezca. ¿Cenar junto a la piscina en un ambiente metropolitano y chic fue siempre parte del plan?
El agua aporta un toque de belleza, añade un ambiente relajado, te hace sentir que estás cenando en un entorno de lujo. Y el día y la noche no podrían ser más diferentes en sus ambientes. Con el servicio de tumbonas por el día y la iluminación por la noche, te encuentras en dos mundos separados pero hermosos.