Es uno de los clubes nocturnos más famosos de la historia. La discoteca más grande el mundo —lo dice el libro Guinness de los récords— abrió sus puertas a principios de los 80 como parte del grupo KU, fundada por el exfutbolista José Antonio Santamaría en su ciudad natal, San Sebastián.
Con la ayuda de sus amigos Brasilio y Gorri, Santamaría transformó lo que en un principio era un pequeño restaurante con piscina llamado Club San Rafael, en el referente de la fiesta del Mediterráneo. Por allí desfilaron estrellas del rock, figuras de la moda y todo tipo de celebridades, creando una atmósfera que no se veía desde los tiempos del neoyorquino Studio 54. El club entró en la década de los 90 rebautizado con el nombre de Privilege, siendo testigo principal de la era de los súperclubes, con fiestas de la talla de Manumission, SuperMartxé y Radio 1, que congregaron multitudes de hasta 10.000 devotos de la música house.
La discoteca abandonada, su antigua gloria y Yann Pissenem.
Hoy en día, es uno de los edificios más emblemáticos del horizonte ibicenco, con su inconfundible cúpula de cristal elevándose sobre el paisaje. Sin embargo, ha permanecido vacío durante años — desocupado, desatendido y desamparado— hasta 2024, cuando por fin comenzaron las reformas y se dispararon los rumores.
Las apuestas más audaces apuntan a que la unión de fuerzas de Palladium Hotel Group, dirigido por Abel Matutes Prats, y del exitoso equipo de The Night League, capitaneado por la mente creativa de Yann Pissenem, lo transformarán en el mejor club nocturno del mundo. El tema de conversación más candente de este verano es qué DJs y fiestas se programarán para 2025. Ha llegado la hora de los fichajes.