Hace una década, tres admiradores de las islas –William Aitken, Ben Goldsmith y Serena Cook– crearon Ibiza Preservation Foundation (IPF) en respuesta al daño ambiental cada vez más alarmante al que Ibiza y Formentera estaban siendo sometidas debido a un desarrollo insostenible. Los tres fundadores estaban viendo cómo lo que habían entendido como “su paraíso” estaba tomando un rumbo que poco tenía que ver con un crecimiento ordenado y cuidadoso con el medio ambiente.
Desde 2008, año en el que se inicia su andadura, IPF se ha convertido en un dinamizador en la isla para la conservación del entorno. Ha recaudado más de un millón de euros, ha financiado más de 40 proyectos y ha colaborado con 24 entidades destacadas de las islas, poniendo en funcionamiento hitos de compromiso y de lucha medioambiental tan importantes como la creación de la Alianza Mar Blava, que ha evitado proyectos petrolíferos y gasísticos en el Mediterráneo, o la puesta en funcionamiento de la Alianza del Agua, referente en promover una gestión integrada y sostenible del agua. En ambas organizaciones están representadas instituciones públicas, entidades privadas, sector agrícola y sociedad civil.
Sumamos a actores para conseguir objetivos y así hemos trabajado para tener una mayor protección de la Posidonia; hemos ayudado a la plantación de 800 nuevos almendros; hemos apoyado la creación de una reserva marina en Tagomago y colaborado con la Federación de Razas Autóctonas, entre otros muchos proyectos.
Estos años nos han servido para crecer, asentarnos y ver cuáles son las necesidades de futuro de las islas. Es por ello, que hemos decidido desarrollar cuatro ejes fundamentales de trabajo: creación de un Observatorio de Sostenibilidad en Ibiza, para dar un seguimiento anual a los principales indicadores de la capacidad de carga turística de la isla; puesta en marcha del proyecto Ibiza Produce, como puente entre oferta y demanda de producto local, con el objetivo de contribuir a cuidar y mantener el paisaje de la isla; impulso y apoyo a los movimientos de Ibiza y Formentera sin Plásticos; y la protección de la Posidonia.
Las nuevas normativas medioambientales, de ámbito balear, nacional e internacional, nos obligan a todos a aceptar nuevos retos y a trabajar con mayor celeridad e implicación. En estos momentos, tanto Ibiza como Formentera están lejos de conseguir un desarrollo sostenible y debemos implicarnos todos, como particulares, como empresarios o como representantes de la Administración pública. Nos estamos jugando el futuro.
Lo que tenemos que hacer es trabajar para que las próximas generaciones sigan conociendo y disfrutando de las islas, no como nosotros las vivimos, sino mejoradas. Cada vez más empresas, instituciones y ciudadanos creemos que las Pitiusas pueden ser sinónimo de sostenibilidad y para ello hay que apostar por las energías renovables, convertir este territorio en un espacio libre de plástico y dar el tratamiento necesario a las aguas que vertemos al mar. Además, creemos que esta visión es una oportunidad de futuro. Podemos ponernos de perfil y convertir Ibiza en una isla como Malta o trabajar por conseguir un equilibrio y un futuro sostenible. Necesitamos líderes, políticos y empresarios con una visión a largo plazo, que sean capaces de negociar, con la generosidad de adoptar posturas y de pensar qué isla queremos para dentro de 20 años.