¿Es posible encontrar una marisquería más romántica que Sa Caleta, escondida en la playa de es Bol Nou? El restaurante, que en su día fue un refugio de marineros, ofrece a sus comensales una vista mágica sobre la cala, donde pueden cenar y beber en un ambiente relajado e informal. Además, la familia Pujolet se toma muy en serio la distancia que recorren sus ingredientes hasta llegar al plato. ¿Hay algo más fresco y sostenible que el marisco que se pesca en el mar situado justo en la puerta de tu casa? ¿O las verduras de tu propio huerto ecológico y las frutas y hierbas de los agricultores locales? Los productos recorren pocos metros, pero la gente viene desde kilómetros a la redonda para degustar sus platos y su paella de fama mundial.